Solana de La Galdina |
El día 3 de noviembre comenzó la andadura de la temporada montera del Coto Los Morrones, monteando la mancha de La Galdina.
Nos reuníamos a primera hora en el Chiringuito, para comenzar con los cafés, las migas, copillas y saludos de rigor. La nueva directiva comenzó dando las pertinentes instrucciones a todos los asistentes y comenzó el sorteo de los todos los puestos. Aunque esta modalidad de sorteo implique algo más de descordinacion en la salida de las armadas, genera transparencia absoluta sobre la suerte de todos los participantes.
Salida de las armadas |
Cruzar el Rihuelo tuvo sus complicaciones |
Sobre las 12.15 estaban ya todos los puestos colocados y las 5 relahas que nos acompañaban hoy comenzaron su trabajo. Día difícil para los perros, que no cogían rastros debido a la continua lluvia que los azotaba. En los puestos, los cazadores estaban más pendientes de resguardarse del agua y del aire que de estar pendiente del monte y sus moradores. Se oían tiros dispersos y repartidos por toda la mancha. PERO CONTINUABA LLOVIENDO, y lo hacía a veces hasta con mala hostia, cayendo con fuerza, incrementando el caudal del Rihuelo por momentos.
Cruzar cualquier arroyo era un peligro |
Sobre las 3 de la tarde y habiendo ya campeado los perros todo el cerro de la Galdina, los puestos comenzaron a recogerse de forma rápida.
Al finalizar la jornada, volvimos a reunirnos en el Chiringuito, para dar buena cuenta de un buen cocido, que ciertamente le sale muy bien a Sacra, la mujer del Chato. Allí, continuó la jornada, comentando fallos y aciertos de unos y de otros. La caza estuvo repartida por practicamente todas las armadas aunque las expectativas finalmente no se cumplieron.
Se cobraron 6 guarros y un venado, aunque podían haber sido algunos más si al secretario no se le hubiera ahogado un cochino que abatió junto al Rihuelo y Emiliano hubiera podido cobrar un cochinete que mató sin poder cruzar el río. Fallos también de José que casi le atropelló un bonito venado en la armada del Cortijo Sixto. Víctor Santos también tuvo la fortuna de abatir otro venado, Samuel también algún venado más y el postor de Los Chortales, Eduardo, con otro fallo sobre cérvido. El presi, Guerrillero y Vicente con sendos fallos a los cochinos, podían haber incrementado la cuenta. Emiliano también falló otro venado. Otros lances también pudieron haber tocado pelo, como los de Lucía y Encarna, que tuvieron también oportunidad sobre algún marrano..
Entre los agraciados, Eusebio, Valentín, Víctor ó Pepito que abatió un venadete.
Dice mi amigo Pablo que los días de montería que se recuerdan con el paso de los años son aquellos en los que has tenido el puesto de tu vida o aquellos en los que las penurias y avatares desgraciados te hacen pasar un muy mal día. Este de hoy, lo recordaremos dentro de 20 años, cuando charlando a los pies de una chasca comentando jornadas de caza, diremos: ¡¡Os acordáis de aquel día en La Galdina que se abrió el cielo y cayó el diluvio universal?!!
Algunas de las reses cobradas |
Agradecimiento desde estas líneas para los vecinos de Sierra Alta y del coto Las Peralosas, que nos facilitaron la labor en un día tan desagradable como éste.
Hoy en definitiva, para aguantar, vivirlo y sentirlo significa tener afición, mucha, mucha, igual que el agua que llevaba el Rihuelo, mucha mucha...
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